Hace unos cuantos días que no escribo nada, no tenía ganas.
Y bue a cualquiera puede pasarle.
je, je no como esta, para esto no me da el cuero.
Solo nada más qye apilar cajas.
Bueno ahora enloquecí del todo, no sólo estoy con las dichosas cajas pegoteándolas con cola de carpintero (pero esa que pega y te deja la mano engrudada, no la otra que va adosada al cuerpo, ojo) y hojas de diario, si las del diario que tenemos a mano y que generalmente son del de mayor tirada de la ciudad, además se me ocurrió que tal vez podía hacer algo de porcelana fría y compré hace unos días la pasta para hacer algo.
Algo que se me ocurra, o mejor dicho algo que mis manos me dejen hacer
Pero esta preciosura por supuesto que no.
Sé que hay otras cosas para hacer, pero qué?
¿Dónde mmmmm está mi imaginación que no la encuentro cuando la necesito?
Porque saben, para las mujeres como yo que sufren de los nervios como la Sra. Bennet de Orgullo y Prejuicio, no hay mejor cosa para hacer que cocer, bordar, es decir hacer manualidades, ¿Es todo lo mismo, no? tejer sí pero pintar no.
O sea que el cantito ese de que sepa tejer que sepa bordar que sepa abrir la puerta para salir a jugar es un verso no?
Porque se puede jugar de mil maneras.
En fin, siguiendo con mis actividades caseras, estoy juntando corchos, no los de plástico, sino los comunes que venian antes, no sé para que, algo se me va a ocurrir ¿para qué sirve el dr. google?
Y también cajas chiquitas. Tampoco sé para qué, pero me gustan.
Ah les cuento, voy por alli buscando tazas de te pequeñas, pequeñitas, porque las colecciono, tengo en mi haber trece tacitas todas distintas con sus correspondientes platitos, como estas, son una preciosura.
Son hermosas, por eso cuando encuentro algunas trato de comprarlas, ya les dije por el momento tengo trece y pretendo ampliar su número.
Bueno, llego el momento de decir otra vez nos escribimos en la próxima.