miércoles, 22 de febrero de 2012

una pregunta 2

Hola, otra vez yo.
Ahora quisiera escribir un poco continuando con lo comentado en la entrada anterior sobre una pregunta.
En ella hablé un poco de ese encuentro casual que todas las muejres quisiéramos tener, el touch and go ¿no?, pero que no nos atrevemos.
Haciendo un poco de búsqueda en el dr. google, encontré algunos sitios que no están para nada mal y que nos dan un poco de ideas acerca de lo que se debe considerar para acceder a esos encuentros, que no son precisamente los amores de la cerdita Pegui y la rana Renne.

Encontré un enlace: http://cosasdemujeres.com.uy/cdm/el-amor-despues-del-amor, que si bien el comentario fue escrito en junio de 2011, siempre es válido para toda ocasión. 
Dejo para ustedes la lectura completa, pero quisiera detenerme en un aspecto del que voy diferir un poco con lo expresado por la autora de la nota.
Ella habla sobre para qué va a arriesgar lo que logró en su matrimonio, construyendo una familia, y habla de la casa, su estilo de vida, los viajes,  su hija, el hombre maravilloso y demás.
Pero creo, y no soy la única que lo piensa, que no sólo arriesgaríamos todo teniendo un encuentro casual, sino que nos arriesgamos cada día con el matrimonio que elegimos como vida para hacer.
Estamos empatados entonces, porque al hombre o a la mujer, según sea el caso no los tenemos amarrados de por vida.
Como vivencia propia les comentaré que con cuatro hijos, veintiocho años de matrimonio, la convivencia se hace difícil al vernos mayores, aún cuando nos sentimos todavía jóvenes, tratamos de mantener el cuerpo en na actividad constante pero estamos solos porque los hijos se han ido, entonces verdaderamente nos conocemos, nos mostramos tal cual somos. Aquí ya no están más los besitos a escondidas, la pasión de los primeros años de matrimonio, la comezón del séptimo año, y otras vicisitudes.
Aquí ya estamos de vuelta de todo, existe ese amor que es impagable, por supuesto, pero ya sabemos porqué no dormimos ambos de frente, sino que lo hacemos espalda con espalda, sabemos bien porqué no vemos las mismas películas, ni leemos los mismos artículos en el diario, etc., etc., etc., todas esas cuestiones que no vale la pena enumerar.
Aquí en el mundo se cuecen habas a patadas y ninguno de los dos sexos, macho o hembra como dice la biblia, estamos exentos de  tener que arriesgar algo en la vida.
Ya lo arriesgamos todo cuando decidimos vivir juntos, tener hijos y durar toda la vida, tenemos que ceder muchas libertades para llegar a eso, y no me digan que no es cierto, porque mi libertad termina donde comienza la libertad de los demás, ¿no es así?
Por l0 tanto arriesgo tanto si vivo en el matrimonio como si hago una pausa a escondidas.
Y si vamos por esas cuestiones de la vida a un divorcio todo va por mitades aunque uno haya trabajado más que otro y conozco algunos casos en donde el hombre tuvo todo el tiempo del mundo para traspasar los bienes a un testaferro, de modo que cuando pidió el divorcio la señora no tenía de donde prenderse.
¿QUE TAL? 
En uno de los casos la mujer no trabajaba. Y ahora va la pregunta del millón ¿De qué le sirvió tantos años de dedicación, crianza de hijos, hacer buena cara a los amigos de él y demás, para que después dicho esposo la deje sin nada? y me pregunto yo ¿donde quedó el estilo de vida de la que habla ella, los viajes, la hija y el hombre maravilloso que había encontrado?
En mi caso y en el de la autora de la nota estamos las dos casadas y felices, o es lo que creemos, no nos arriesgaríamos a un encuentro, pero no por ello  me atrevería a decir todo eso del hombre maravilloso, del padre de mis hijos y del constructor junto a mí de algo que no tiene precio, porque somos humanos y fallamos en los intentos para hacer que las cosas fructifiquen.
Porque si bien construimos algo muy sagrado juntos, que es la vida que ponemos en el mundo, que es nuestra descendencia, que es el mañana, no por ello dejo de pensar que tengo la suerte de vivir otro día más en mi matrimonio.
¿Por que? Porque no sé que puede pasar mañana con mi persona, con mi mente o con lo que sea, así como tampoco sé qué podría sucederle a mi esposo en cuanto a su pensamiento o su amor por mi, tantas veces declarado como tantas veces lo declaré yo.
Ven, cada día de nuestras vidas nos arriesgamos a algo.
Por supuesto nosotras vemos como malvados a los hombres, pero nosotras no nos quedamos atrás.
¿Por qué? Porque ¿Quién dijo que la mujer tiene alma de madre? no en vano existe esa frase que dice madre hay una sola y justo me tenía que tocar a mí. 
No toda mujer que es madre por naturaleza puede tener alma de madre, o amor de madre. No en vano el creador hizo al hombre a su imagen y semejanza y a la mujer la sacó de un lado del hombre.
Por favor no traten de analizar la situación porque no llegamos a nada.
Pero piensen que la cosa es así de fácil, si el hombre es un egoista de los que no se encuentran, nosotras que salimos de un costado, no recuerdo cual costado, somos una dieciochoavas  partes egoístas por lo tanto podemos realizar las cosas de la misma manera que ellos la realizan, y para el caso que estamos tratando, volviendo al hecho de que nos pueden dejar, casi podemos decir que dejamos a los hombres en peores condiciones que suelen dejarnos ellos a nosotros.
Estoy de acuerdo con lo que ella  dice acerca de no arriesgar, pero nada dice de los riesgos del  matrimonio, que muchas veces son peores que una simple aventura que puede quedar bien escondida, como lo cuentan en la película Los puentes de Madison.  aunque allí no sabemos si fue un encuentro casual, pero sirve para el dato.
En fin espero que mi pensamiento se haya entendido un poco.
Nos escribimos en la próxima.