martes, 27 de diciembre de 2011

Una pregunta 1


Hola, después de unos cuantos días sin escribir, he vuelto con algunas preguntas que no me había atrevido a plantear pero que supongo la mayoría de las mujeres de mi edad se cuestionan, pero para sus adentros, obvio. 
Entonces como suele ocurrir en estas situaciones, una mujer puede comentarlo con otra mujer, o buscar información por donde sea y con la boca bien cerrada.


Por lo tanto, entusiasmada por hacerme dicho cuestionamiento y segura del lugar donde recabar datos, me dirigí a las páginas  del bien amado y siempre bien ponderado dr. google.


Y por supuesto que encontré no sé si respuestas, pero sí interpretaciones de lo que algunas mujeres quisiéramos tener en el período medio de nuestras vidas. 
Hablo del período medio refiriéndome a la mujer cuya edad oscila entre los 50 y los 57, 58 años.
A raíz de este mi planteo y que consecuentemente se hacen las mujeres surge la siguiente sinopsis: luego de estar tantos años casadas, conviviendo con el mismo hombre y que, si bien no queremos o no podemos desprendernos de él, porque está en nosotros, porque lo queremos, porque en realidad ansiamos pasar con él el resto de nuestras vidas, envejecer juntos y bueno, hacer todo lo bueno que pensamos hacer en nuestra vejez, ¿por qué nos encontramos con que todavía está en nosotras ese restito de erotismo que quisiéramos aún explorar y que no lo hemos llevado a cabo con el hombre que tenemos al lado? 
Cuando volvemos la mirada hacia al camino andado de nuestras vidas, vemos que deberíamos haber concretado esas experiencias físicas que no se pudo con nuestro hombre, porque no tuvimos oportunidad, porque los tiempos de ambos no eran los adecuados o porque verdaderamente no nos atrevimos.
Mientras tanto algunas féminos tenemos la oportunidad de ir floreciendo en el transcurso de nuestras vidas y nos encontramos bien plantadas en cuerpo y alma. (je je, o eso pensamos). Quizá con unos kilitos de más, unas arruguitas y ojeras que tratamos de disimular,  pero estamos en forma sentimos el cuerpo todavía joven de tal manera que aún queremos experimentar algunas vivencias.
¿Por que?  No sé.
Pero para aquellas mujeres que desean experimentar con el cuerpo, que desearían tener algunos encuentros apasionados, sentir pasión, que quizá se perdió o terminó con nuestro hombre, no nos vendría mal, y para eso tenemos un toco y me voy.
Encuentros que nos hagan sentir lo que nos debe la vida después de todo lo que le dimos.


No hay nada mejor que de tener sexo ocasional, el “Toco y me voy”, touch and go, o ¿qué más?


Son encuentros casuales que nunca nos atrevimos a realizar pero que muchas otras utilizan para satisfacerse sexualmente. Porque quieren volver a sentir que el cuerpo aún es joven y responde a todos los estímulos que una tercer persona puede provocar. 
Para algunos sería infidelidad, pero yo creo que no.
Para mí sería infidelidad si dichos encuentros se hubieran producido cuando el matrimonio era joven y la pareja todavía tenía la pasión para llevar un buen sexo en la cama pero que la crianza de los hijos, el trabajo y qué se yo qué otras cosas más, porque habría falta de acompañamiento de parte de la pareja. Pero después de tantos años de casada, después de haber pasado juntos un conjunto de situaciones que fueron cruciales y no necesariamente la comezón del séptimo año,  a estas alturas de mi matrimonio no me incomodaría estar en conocimiento que mi esposo ha tenido un encuentro amoroso con otra mujer, ojo digo a esta edad.
Después de todo, sería bueno que se tire una canita al aire, así vuelve a casa apaciguado, y con otras ideas que me podría transmitir, je je je.
Además debemos tener en cuenta que las mujeres de 50 años son las más infieles, y ni hablar de las de 60. Ya que aunque los años pasen nunca se pierde el deseo de ser halagada,  amada y “agasajada” sexualmente, entonces si el deseo en el sexo “oficial” se pierde, porque  resultaba aburrido o no hay originalidad, aparece esta otra novedad, que enciende a cualquier mujer cuando se la corteja y seduce.
Pero ojo, el Toco y me voy es un solo encuentro o quizá dos no más.

Sí ojo, porque nosotras no podemos separar el sexo del amor, ¿por que será? es decir solo tendremos sexo con el que será el padre de nuestros hijos. (en el normal de la situación) 
Pero si cruzamos el umbral también ahí esperamos que el tercero nos llame, se preste a un romance, y no sería bueno que la mujer se enamorara del amante
Por el contrario los hombres al parecer pueden separar la familia de un amante, saben que después de pasar una tarde o una noche de sexo, vuelven tranquilos a sus casas sabiendo que en ella está su mujer y sus hijos.
¿Qué digo? la pucha. 
Pero y si hacemos un esfuerzo y por un momento hacemos esa separación y nos vamos de cacería.
¿Encontraremos algo a nuestra edad?
Y si se produce el encuentro con el desconocido, y no sabemos nada del otro, pero nos resulta atractivo y nos provoca un extraño cosquilleo, ¿Tendremos la suficiente valentía de hacer lo que fuimos a buscas con otro hombre que no es nuestro esposo?
Ven, se dan cuenta, la culpabilidad nos acompaña a toda hora y volvemos a lo mismo siempre pensamos en la relación amor-sexo, en vez de avanzar una o dos casillas retrocedemos como diez y el juego puede terminar sin haber empezado.
Creo que por ahora es demasiado con lo que he escrito.
No todas deben estar de acuerdo con mis reflexiones, pero estas son las ideas yo tengo y les aclaro, no siempre van de acuerdo con las que tiene mi esposo.
Nos escribimos en la próxima.