jueves, 29 de septiembre de 2011

desde mi casa


Hola a todos.
Inicié este blog pensando primeramente en usarlo como lugar donde podía plasmar mis ideas en vez de un diario. ¡Podría resultar así? No sé, pero si me gustaría dejar mis ideas aquí sean de disgusto o de placer, pero ideas al fin.
Luego pasé por una etapa de holgazanería, donde no se me ocurría nada para escribir,  porque para qué iba a escribir si no me sentía bien.
Pero ahora, reconsiderando la situación y viendo que con este servicio puedo acudir a todos ustedes por ayuda o condolencias, vuelvo a escribir.
Había comentado hace algunos días de las peripecias de una cincuentona con sus dolores, sus fatigas, sus todos y que no sabe que hacer.
Pero aunque esta mujer es abuela, una abuela joven of course, ha vivido su vida de  casada como Dios manda, con hijos que vio nacer y que a través de ellos cree prolongar su existencia, y se encuentra a esta edad con que no se ha realizado verdaderamente como mujer.
No sé como definir lo que es realizarse como mujer, no se si alguien lo ha definido, supongo que para algunas simplemente es estar casada y criar los hijos de su marido, supongo que para otras es estabilizarse en el trabajo con un buen sueldo, ser la mejor, dejando de lado todo lo personal, llegar a la cima, como quien dice. Y no se cuantas cosas más.
Pero ¿es eso realizarse en la vida? todo depende del color del cristal con que se mire la vida ¿no?
En mi caso debo decir que me casé, crie cuatro hijos, cumplo mis horarios semanales para el estado desde hace 28 años ,  pero ¿eso es realizarse?
Acaso ¿para realizarnos no necesitamos que la vida sea rociada por el alma durante lo que duren los años?
 no hay sin embargo uno de mis grandes defectos es no tener la fuerza de voluntad como para terminar las cosas cuando las inicio, todo lo que no involucre al trabajo.
Cuando era jovenzuela inicié mis estudios de inglés, no los terminé como deben imaginarse, por eso cursé 6 cuatrimestres del idioma en la univeridad estatal y ahora quiero terminar, por eso comienzo el lunes las clases de charlas, que necesito mucho.
Cuando me llegó la hora de ir a la universidad, no completé los estudios de Abogacía. Cuando fui mayorcita quise completar los estudios de informática, pero tampoco pude  porque me faltaban horas del día y el cuerpo no responde como cuando se es joven.
En fin tampoco sé manejar, y eso que me gusta manejar motos pero autos no los puedo tocar, por ello decidí asistir a una escuela de conducción para que una instructora me enseñe. Tengo que perderle el miedo a la velocidad, o perder miedo al miedo. 
Con el pasar de los años fui cediendo a muchas cosas e incorporando otras.
Cuando vi que iba quedando sola con mi esposo, pues los chicos se fueron yendo de la casa, salvo la más chica que todavía está aquí porque es muy joven, aprendí a darme algunos gustos, aprendí a buscar las cosas que quería comprar cada vez que necesitaba vestimenta y accesorios para diversas ocasiones, siempre voy aprendiendo a comprar en la medida que necesito tapar alguna desilusión.
Cuando creo que es necesario compro cosas, como camisolas que son mi fuerte especialmente las de estilo hindú, pantalones semi ajustados, un buen par de zapatos siempre son necesarios porque con ellos y una cartera hacen a la diferencia en la mujer.
No olvidemos la platería, collares, aros, anillos. Y muchas veces las piedras semi preciosas no muy caras por supuesto, porque si las hay las hay caras. Me gusta el nácar, la rodocrosita, la malaquita y ultimamente adquirí un juego de una piedra que viene de República Dominicana que es de color celeste no turquesa.

Además adoro las carteras, aunque siempre caigo en el mismo estilo de carteras, y cuando las veo, me quiero matar porque aunque tengan colores distintos, todas están cortadas casi con la misma tijera.
Aquí en mi ciudad existe una marroquinería que me tiene de cliente.
Mujeres por supuesto que no conozco todo, pero si encuentro algo que me gusta y tengo un evento donde puedo usarlo, y si puedo lo compro.
Que lindo, he escrito de un montón de cosas pero no he dicho nada, o eso creo je je.
A veces creo que comprando cosas puedo reprimir las ansiedades que tengo, pero no se pueden, siempre vuelven, y hay que enfrentarlas.

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