domingo, 25 de septiembre de 2011

libros leidos

Uno de los primeros libros que lei, y desde un comienzo me pareció excitante, fue "La novia cautiva" de Johanna Lindsey.
En un primer momento, casi destrozo el libro porque me parecía algo fuera de lo común.
Claro comprendan, hasta ese momento solamente me había dedicado a leer la dichosa Corin Tellado u otros libros más o menos similares pero no explícitos como este, je je.
En él se describe a la heroína como una hermosa mujer inglesa, rubia de ojos azules; y él es el perfecto caballero con el que todas soñamos siempre, moreno y de ojos verdes (aunque les digo que yo en casa tengo algo parecido y no es para que me envidien, pero es así, lo único que está un poco gordito).
El caballero también es inglés y busca el rumbo a su vida entre la rígida sociedad inglesa y la aventurera pero no menos arcaica vida del pueblo árabe.
Da la casualidad que lo encuentra en Egipto, porque claro, su padre se encuentra allí, en medio del desierto, porque él es hijo de un árabe con una dama inglesa.
La cuestión es que el hombre secuestra a la muchacha, como su padre hizo con su madre y toma posesión de lo apresado, es decir de ella.
Digamos que la posesión es por la fuerza aunque no tanta fuerza. Porque a ella no le gusta, pero le gusta.
Ejem, ¿a quien no? si el caballero es tal cual como lo describe en la novela, quien no querría estar en el cuerpo de Cristina, que es nuestra heroína.
Y como ocurre en todas las novelas románticas que he leido todo se recompone, todo termina bien, felices.
En fin, con este libro iniciaba mi cruzada con las novelas románticas que aún no termina.


En un segundo momento años después, tuve la suerte de toparme con una obra similar, NO IGUAL, editada con anterioridad, pero muy muy anterior que se llama "El Arabe" de Edith Maude Hull, y si bien ambas novelas difieren en sus partes importantes, ambas abordan el mismo tema, es decir una mujer extranjera, ambas raptadas para el placer del hombre, y luego de varias peripecias ambas quedan con sus hombres.
Un dato, vale la pena leer también El Arabe.
Otro dato, el personaje masculino, Ahmed Ben Hassan, es bien masculino, no anda con vueltas tratando de doblegar a la mujer con palabras, actúa autoritaria y diestramente.
La autora es muy precisa en ese aspecto, no relata detalles, eso queda en la imaginación del lector, pero enfatiza la escena de los amantes.
Se verá que molesta la situación pero a la vez nos gusta.
O acaso ¿a toda mujer no le gusta ser sometida por su hombre?

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